jueves, 23 de octubre de 2008

sucia

Eso es lo que dicen todos cuando me ven venir. ¿Pero saben qué? ¡Jódanse! Y sépanlo: no es ningún problema glandular, no es que no tengo donde bañarme, no es que no tengo para ropa nueva. No. Soy simplemnte una sucia irremediable. Me gusta provocar el rechazo. Me gusta que la gente en el subte se le suba a los talones al de al lado con tal de estar un poquito más lejos de mí. Me gusta dar pena a los que ni se les ocurre pensar que esto mío es un estado sumamente planificado. Me gusta que mis amigos se rían con la boca cerrada cuando llego a un grupo extraño donde provoco estupor con sólo quedarme quietecita. Me gusta ser la artífice de este secretito que tenemos entre nosotros. Necesito esta sensación. Ver las caras de la gente cuando me ven de lejos, con mi cara de princesa buena y ahí me acerco, con mi paso elegante y mi olor repugnante. Ver cómo se les derriten los pómulos en un gesto de asco, primero. Y cuando tratan de disimular lo indisimulable. El asco. El quécarajolepasaaestamina. Tratando de sacarle lustre a su tolerancia de p.v.c. Me gusta verlos sincerarse con ellos mismos. Darse media vuelta e irse en busca de algún bálsamo olfativo. Lo disfruto realmente.

Así que si me ven, sentada sola, en alguna fiesta, no sientan lástima por mí. Sólo tápense la nariz.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un ole a la locura

Para ser escritor hay que estar completamente loco. O mejor. Para no ser un loco hay que estar completamente escritor. Esto es así. Tener plena conciencia de una infinitud de detalles mínimos. Un almacén entera de recuerdos de psicótico. Que di tres pasos y medio para llegar a la mesa y en el plato las sobras formaban el cuerpo de una nena y que la nena sostiene la piola de una cometa y la cometa que tiene tres ideogramas que en chino quieren decir que en el carnaval del 89 envenenaron al perro negro de la vuelta y la espuma de la boca parecía crema y me daban ganas de comérmela. Se escribe para no terminar chiflado. Para despegarse las sobras mentales como curitas. Para no terminar pintando caras sin ojos en las paredes del cementerio de La Chacarita. Para no andar con la cabeza como un cucú que sale cada hora a cantar las miserias del mundo. Para no terminar la partida antes de comenzarla.

jueves, 16 de octubre de 2008

Cuestión de fe

Creeme.
Es lo último que me dijo.
Ya sé.
Es poco.
No me acuerdo más.
Estábamos cansados.
Estábamos sentados en el cordón de una vereda.
No.
No sé dónde.
Habíamos arrancado en lo de
No.
No sé.
Estábamos sentados.
Ahí en la calle.
No sé que más decirte.
Después no lo vi más.
No.
¿Por qué decís?
No.
YO no lo ví más.
Pero muerto no.
Qué se yo.
Me dijo eso.
Y después no sé.
No me acuerdo.
Si.
Eso me dijo.
La única manera de matar a alguien es olvidándolo.
Se ve que me dormí.
Me desperté con el portero gritándome en la nuca.
Y ya no estaba.
Estaba yo nomás.

lunes, 6 de octubre de 2008

sin t

el mareo del tiempo es peor que la peor borrachera